sábado, 26 de noviembre de 2011

Conflictos en el aula.


Cómo resolver los conflictos en el aula.
Los conflictos son situaciones que pueden presentarse en el aula de clase y que rompen la armonía y el buen desarrollo de las actividades que se estén realizando. Suelen venir acompañadas de gritos, ignorar a algún compañero, insultos y/o agresiones físicas.
Los maestros tenemos serios problemas a la hora de mantener la disciplina escolar porque algunos alumnos tienen serios problemas con el hecho de seguir las normas de convivencia e intentan imponer sus formas de pensar o de actuar a través de la fuerza. Normalmente suelen coincidir dos o más personalidades en estas situaciones y son las que generan el caos.  No saben ponerse de acuerdo, no tienen los recursos para escuchar la posición de los demás y lo que es peor aún, asumen que a través de la agresión verbal o física la parte contraria aceptará irremediablemente su punto de vista. Puede tratarse de alumnos con dificultades de socialización por problemas personales o familiares, o puede tratarse, cada vez más, de pequeños gamberros con afán de protagonismo, siguiendo la línea de los sorprendentes valores ensalzados por nuestra sociedad y sus medios de comunicación. Son muy pocos en nuestra clase de quinto, pero alguno hay; este escrito va dirigido a ellos y sus padres.
El conflicto forma parte de la vida humana como una manifestación de la necesidad de tomar decisiones en cuanto a algún aspecto. La situación de conflicto se presenta en el momento en que es necesario tomar un camino y hay que elegirlo entre varios que podrían ser, inclusive,  contradictorios.  Cuando la necesidad de elección es interna, las personas activamos una serie de mecanismos que nos llevan a pensar en una serie de factores de conveniencia o inconveniencia de la elección que decidamos. Esto nos indica que el conflicto, hasta cierto punto, es necesario para sobrevivir.
Por otro lado, se plantea la situación cuando la necesidad de elección viene del ambiente o contexto en que se mueven las personas.  Es aquí donde varios intentan mostrar sus enfoques y cuál debería ser el correcto.  El maestro debe utilizar estas situaciones para que los alumnos aprendan a escuchar a otros y también a respetar las opiniones diferentes. Pero también les obliga a aceptar la elección hecha como la más correcta para resolver el dilema que se haya planteado.  Un ejemplo lo tenemos a la hora de elegir un lugar para ir de excursión.  Algunos querrán ir al campo, otros al bosque, otros a la montaña, o al centro de la ciudad. El profesor tiene la responsabilidad de enseñarles los pro y contra de todos los lugares y llegar a un consenso. Pero muchas veces tienen que convertirse en verdaderos jueces de paz. Otro ejemplo lo podemos tener, y de hecho lo tenemos, en la elección de la canción - villancico de Navidad que elegimos para la próxima fiesta: tenemos que aprender a aceptar la decisión mayoritaria.
También se puede dar el caso de que lo que se presente sea un conflicto de intereses o sencillamente un malentendido por palabras o gestos mal interpretados; entonces la situación puede escaparse del control de los involucrados y convertirse en una discusión agresiva.
En todas estas situaciones lo más importante es el diálogo.  Algunas pautas pueden ayudarnos a resolver los conflictos efectivamente si se presentan episodios de agresividad:
- Hacer todo lo posible por calmar los ánimos.  Inclusive separar a las partes si fuera necesario.
- Cuando la situación esté controlada, hacerles ver que la agresión no es la vía para resolver.
- Escuchar todas las posiciones que hayan y enseñarles a tomar la decisión más conveniente para todos.
- Aplicar las sanciones que fueren necesarias aplicando la normativa escolar.
- Diseñar actividades educativas preventivas de resolución de conflictos para que los alumnos desarrollen las habilidades sociales necesarias.

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