Brian.
El jueves 1 de diciembre nos dieron los portátiles. Fue una lata, primero antes de irnos nuestro profesor nos dijo que fuéramos a ver a nuestros padres y traerlos a clase. Pero el portero no nos dejó porque había que esperar a que se fueran todos los niños del centro, así que toda la clase decidimos esperar en la pared de al lado de secretaría.
Cuando nos dimos cuenta los padres ya estaban entrando y yo por supuesto llamé al mío. Cuando llegamos a la clase, el profesor Paco nos dio un papel con cuatro caras y teníamos que rellenar dos.
Cuando mi madre terminó de firmar nos fuimos como cohetes a casa pero por el camino nos topamos con mi abuela que entorpeció el viaje.
Por fin, cuando se fue seguimos andando y llegamos a mi casa. Fue allí donde abrimos los ultra portátiles. Era una chulada de ordenador.
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